Por Consuelo Bautista.
Se está celebrando en la Audiencia provincial el juicio contra un vecino de Abaña acusado de violar de forma sistemática a su hija, sus hijastras y a su mujer, según la denuncia, que lo ha llevado a prisión, desde que las niñas tenían once años. Con independencia del curso que tome la vista oral, con momentos muy dolorosos, tenemos la obligación de subrayar cuestiones de hablan de la desprotección de las víctimas de violencia machista y la actitud de los tribunales ante su situación. En primer lugar sobre ellas pesa un desahucio por impago de hipoteca cuando el cambio de esa situación depende de la firma del acusado y la entidad implicada, Bankia, sigue adelante con el proceso. En segundo, han estado pendientes de una vivienda alternativa desde la denuncia hace más de dos años y solamente ahora, según Stop desahucios, la Xunta ha buscado una solución. En tercero. Durante el juicio tuvieron que esperar a pocos metros de la familia del acusado sin que ni siquiera la crisis nerviosa de una de las chicas hiciera que se cambiara esta situación, según ha denunciado la Marea Atlántica. Declararon sin biombo ante él, a pesar de haber pedido por escrito una protección visual y de los informes de expertos que señalan que hay cosas que no se pueden inventar. A día de hoy los juzgados de violencia machista de A Coruña siguen en un bajo en el edificio judicial, con una sola entrada y sin medios para evitar que se crucen víctima y agresor, más que el esfuerzo de los funcionarios para organizar horarios que impidan esta situación ¿Hay alguien ahí?
Ligazón permanente
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